martes, 20 de enero de 2009

El corazón helado.

La ley de la memoria histórica. El intento de juicio de Garzón. Artículos en "El País Semanal". Almudena Grandes. Varias películas españolas como las "Doce Rosas" o "Los girasoles ciegos".
Algo se mueve al fin en la sociedad española.
En una guerra nadie gana, pero unos pierden más que otros.Perder una guerra es duro. Media España perdió una hace ya setenta años. Y aún seguimos mirando hacia otro lado. Durante todos estos años se ha respetado y reconocido a las victimas que ganaron esa guerra, se les ha ayudado y reparado económica y moralmente.
Cuando la generación que perdió esa misma guerra tiene los años contados parece llegado el momento de hacer lo mismo con ellos, ahora que la democracia nos permite hacer memoria, analisis, convivir pacificamente y expresar nuestras ideas libremente.
¿Podemos?
Como país nos sentimos con autoridad moral para juzgar a Pinochet, indagar en los casos de las desapariciones en Argentina,nos escandalizamos con Gaza,entristecemos ante el holocausto,nos horrorizamos con la barbarie en los balcanes en los años noventa, pero nos negamos a asumir esa página oscura de nuestra historia que dejó al escribirse cientos de miles de cuerpos anónimos enterrados por toda nuestra geografia.
Los nombres de los que vencieron y cayeron están grabados en marmol para que nadie los olvide, y nadie se opone a ello.
Ha llegado el momento de empatizar con ese dolor por antiguo que sea de los que llevan años esperando recuperar al menos el final de esa historia familiar que acabó en una fosa común, saber dónde terminó.

No podemos permitirnos como país olvidar, el olvido no favorece la convivencia, al contrario, permite repetir errores pasados, alimenta el desapego de los olvidados, los rechazados incluso por la democracia.
La historia nos juzgará, pero si somos capaces de dejarla escrita entera, "...avanzar en la hitoria es pasar página, nunca arrancarla" (El país semanal, 18 enero de 2009).

Y cuando veo marchitarse a aquellos que pueden contarla sin que nada se haga por remediarlo, al llegar hasta mí pequeños fragmentos de todo lo que entonces ocurrió y comprobar la indiferencia e incluso la indignación de muchos cuando estas historias se cuentan me encuentro como el título del libro de Almudena Grandes, con "EL corazón helado", igual que se me quedó cuando leí hasta la última página.

5 comentarios:

assamita.net dijo...

Muy bien escrito, estoy totalmente de acuerdo.

Carlos dijo...

Mucho se ha hablado de las dos españas, mucho se ha dicho sobre lo que unos y otros hcieron, y sobre lo reconocido a estos y olvidado de aquellos. pero tras 30 años de de democracia yo ya no veo a esas dos españas, bien es cierto que si veo dos, una que decidio mirar al futuro que paso pagina y que aveces olvida lo que paso, o tal vez no lo sabe bien por que no se lo pudieron contar como se deberia. sin embargo si veo otra que poco a cambiado. pero claro, poco se puede cambiar si no ves mundo mas que de vaciones y no vas a alemania, suiza o francia a trabajar y conocer otras formas de "vivir". poco se puede cambiar, si no trabajas de sol a sol por un jornal y pasan las decadas y conoces a ali, tarik y mohamed que vinieron a trabajar a españa, con los que en la hora de comer conoces su cultura. y bueno tampoco pudiste cambiar mucho en el colegio por que fuieste a ese privado en el que no veras a los hijos de ali, tarik y mohamed.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho. He recordado hace tiempo que leí algo como que parece ser que abrir fosas comunes donde están sepultadas personas se pinta como abrir heridas de los que no pudieron cerrarlas en 40 años de dominación, y otros 30 de democracia.

Anónimo dijo...

¡Que bién habla esta chiquilla! Y eso que sus abuelos ganaron.
Totalmente de acuerdo.

Anónimo dijo...

Muy bien expresado, estoy totalmente de acuerdo.Ciertamente ya era hora de que empezaramos a saber un poquito sobre la otra realidad de España, de la que hasta hace poco muchos de los que nacimos en la postguerra no sabiamos nada,la concigna era que lo que no se sabia no existia, solo cuando empezabas a moverte en otros ambientes distintos al de tu entorno familiar empezabas a vislumbrar que no todo era paz y que no todos viviamos igual.Aumque quizas sea un poco tarde para algunos siempre sera bienvenida un poco de memoria y reconocimiento.