lunes, 16 de febrero de 2009

¡Inténtalo de nuevo! (Try again! )

Hoy he vuelto a la pisicina.La inmensidad azul, el sonido del agua en tus oidos, tu corazón retumbando (bueno, eso es por la falta de costumbre), la sensación de ingravidez que despierta un recuerdo primigenio.Era quizá mi única asignatura pendiente tras el obligado paréntesis que el final de 2008 e inicio de 2009 me impuso. Las obligaciones las recuperé rápido (antes de lo que habría querido, jajaja!), lo demás hay que buscarlo y tarda más.

Hay que tratar de recuperar los buenos hábitos, los que nos gustan, nos hacen felices y sentir bien. No es necesario que sean saludables, ni que sean extraordinarios: ir a nadar, tomarse una cerveza el fin de semana, recordar y disfrutar de todo lo que te gusta(ba) de tus amigos, de tu pareja, de tu familia, las cosas que te hacen (hacían) reir, lo bueno que tienes tu mismo, aprender algo nuevo (inglés, historia...), jugar con Azuky, ver reirse a Pablo...
La caja en la que metemos todo eso no debemos dejarla encerrada en lo hondo del altillo más alto, hay que tenerla a mano, donde podamos sacarla fácilmente para disfrutar cada día de todo lo que tiene dentro.

Recuperar algo bueno que te gusta hace que todo eso quede un poquito más cerca. Y para eso tenemos que intentarlo de nuevo, una y otra vez, cada día.

viernes, 13 de febrero de 2009

Cuajada de carnaval: gastronomía granadina.

La RAE en su diccionario dice:

cuajado, da.

(Del part. de cuajar2).

4. m. And. Dulce casero cocido al horno, en el que entran huevo y azúcar, almendras, etc.


Que es el significado que se necesita en este post.
La cuajada de carnaval es un dulce típico granadino que se empezó a elaborar para aprovechar los mantecados que habían sobrado de navidad, y tiene, como muchos de los dulces buenos de esta tierra, origen árabe. Al principio únicamente se hacía en la capital y en el mes de febrero, de ahí el apellido de carnaval. Con el tiempo ha ido extendiendose por toda la provincia.

Laura y yo nos lanzamos el domingo pasado a la elaboración de la auténtica cuajada casera L&M.
Primero compramos unos lebrillos, que es el recipiente típico para servirlas:



Luego, como en esta familia somos un poco bribones y no nos sobraron mantecados, elaboramos la masa del mantecado y forramos con ella los lebrillos, cociéndola en el horno.
Después se van añadiendo capas: primero de natillas, en este caso, por supuesto, caseras



Y luego bizocho borracho en almíbar de ron, cabello de ángel, almendras picadas, y al final se les pone una tapadera de masa de mantecado que hay que volver a cocer en el horno con el lebrillo relleno:

Estos tres de arriba con la masa sin cocer, el de abajo con la masa ya cocida.



Por último una capa de azúcar glass y un motivo decorativo en canela:





Y ya tenemos el resultado de una tarde completa (cinco horas) en la cocina, con tiempo para pringarte las manos, charlar, picar, reirte y sufrir un poquito al extender la pringosísima masa.
Una peculiaridad de la cuajada es precisamente que, cuanto más cuaja, más buena está, por lo que el mejor momento para comérsela es unos días después de haberla hecho.

¡Laura, estás hecha una verdadera artista en la conservación de nuestro patrimonio gastronómico!

lunes, 9 de febrero de 2009

Antártida: estación polar.

Es el nombre de una de las exposiciónes temporales que actualmente hay en el parque de las ciencias de Granada. Yo estuve viéndola este domingo, y refleja muy bien lo que es la vida en este continente helado.




Sin embargo si en algún lugar queda reflejado con total crudeza y sencillez lo que puede llegar a ser la vida en la Antártida es el libro "El peor viaje del mundo. La expedición de Scott al polo Sur" de Apsley Cherry Garrard. Cherry fue uno de los miembros de la expedición de tres años de Scott a la Antártida que terminó cuando en el intento de alcanzar el primero el polo Sur murió en el viaje de regreso a la base sabiendo que Amundsen, al frente de la expedición noruega, se les había adelantado. Cherry no participó la expedición hacia el polo sur, pero lo hizo en muchas otras de interés científico e igual de duras y inhumanas, (fue el primero en ver reproducirse al pingüino emperador y en conseguir uno de sus huevos) por lo que su libro es, a la par que muy científico y exacto terriblemente estremecedor.
Como muestra la primera frase del libro : "La exploración polar es la forma más radical y más solitaria de pasarlo mal que se ha concebido" .



Estos hombres pasaron por penalidades y situaciones que aún siendo minuciosamente descritas cuesta imaginar, y encontraron la fuerza para superarlas. Me gustaría pensar que llegado el momento yo tendría al menos parte de esa fuerza y estaría a la altura de las circunstancias, pero la pensarlo descubro que no se si sería capaz de poner la mano en el fuego por mí misma... ¿somos tan valientes como creemos?¿estamos hechos realmente de algo especial o son sólo unos pocos? Yo, desde luego, no me siento parte de esos poco, pero siempre queda lugar para la sorpresa.

Desde que lo leí la Antártida se me ha aparecido siempre como un lugar misterioso, bello, cruel y mágico, que muestra su cara más amable ( y no lo es tanto) en el documental "El viaje del emperador", que nos cuenta la historia de una pareja de pingüinos emperador durante la época de cría.


Ojalá seamos capaces de mantener este santuario de la vida salvaje para que nuevas generaciones puedan seguir impresionándose al descubrirlo.

jueves, 5 de febrero de 2009

Los reyes nos trajeron...

¡... sobre todo tecnología!
Se nota que ya hemos entrado a toda velocidad en el s.XXI. Esperemos seguir siendo buenos para que los reyes sigan viniendo muchos años más.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Apenas 24h con Paco.

Llegó por sopresa como casi todas las cosas buenas. Era una noche fria, lluviosa y ventosa, desapacible. Rafa paseaba a Azuky, yo bajé mientras la basura, y al encontrarnos de nuevo en la puerta del portal, allí estaba, corriendo y saltando junto a los tres: era, claramente, un perro perdido, con su correa y todo. Un segundo más tarde Azuky corria contenta delante y detrás suyo, a toda velocidad (ya la conocéis).
Buscamos al dueño por los alrededores, pero las calles estaban desiertas, nadie gritaba con desesperación el nombre de su mascota, y tampoco estaba la cosa para quedarse mucho rato a buscar.
No hizo falta una palabra para que los dos supiéramos mientras los veíamos correr que el nuevo can dormiría esa noche en casa.

Nuestro amigo no se sintió extraño en casa, se notaba de sobra que la vida hogareña le era conocida, y como uno más de la familia estuvo tumbado en el salón mientras veiamos la tele, nos obedeció en todo momento, e incluso nos suplicó amor y mimos restregando su cabeza contra nuestra pierna o tumbándose panza arriba para que le rascásemos.
Lloró un poco por la noche,sus ojillos tristones reflejaban cuanto debía extrañar su casa,pero el cansancio y la calefacción pudieron con él: los párpados empezaron a pesarle y a los pocos minutos dormía profundamente.

La tarde siguiente la veterinaria leyó su microchip, y tras una llamada de teléfono dejamos a PACO en la clínica esperando a su dueño que aún tardaría un poco en llegar.
Esperamos de todo corazón que sus dueños lo traten con el mismo cariño que nosotros, y que pongan todo de su parte para que Paco no vuelva a perderse nunca más.

Paco, inocente,ingenuo,juguetón y cariñoso, nos ha dejado entre la alegría de devolverlo a su familia un poso de melancolía por tener que separarnos de él tan rápidamente como llegó, se hizo enseguida un hueco en nuestra pequeña familia, y los tres lo añoramos hoy.
Le damos las gracias por habernos hecho reír ( y correr a algunas ) tanto este pequeño rato y le deseamos todo lo mejor.