lunes, 12 de julio de 2010

Igualdad de oportunidades y fútbol.

Menuda novedad que os cuente que la selección española de fútbol ha ganado la copa del mundo.
No voy a ser hipócrita o aguafiestas y reconozco abiertamente que he disfrutado mucho el mundial, (igual que disfrute el baloncesto, el tenis...) mes y pico con, esta vez sí, la esperanza detrás de la oreja. Aguantado la respiración en cada remate.Podíamos, y ayer grité junto a millones de españoles en ese mítico minuto 116.

Hoy, entre tanta tanta locura colectiva y fiebre ganadora, entre el incesante run run de datos, cifras, anecdotas, "información" sobre la selección, voy juntado piezas.
"Son una generación espectacular, han cumplido el sueño del futbol español,los "chavales" son increibles, no solo con el fútbol, tenemos a todo el deporte español en la élite," y repitiendo estas palabras que no son mías,  se va perfilando nítidamente algo más.

Son una generación que puedo asimilar año arriba/abajo como mía, nacida o al menos criada en democracia. Con recursos económicos para formarse en lo que eligieron, en este caso el deporte, a su alcance. Con el apoyo de los que tenían a su lado (familia, amigos, equipos técnicos, instituciones) susurrándoles al oído cada día que podían hacer lo que quisieran porque eran libres para lograrlo y que sólo dependían de su empeño.
Han tenido algo muy necesario que, hasta ahora, y con ese ahora me refiero a los últimos 40 o 50 años,  dificilmente podía encontrarse en nuestro país, España, al que tanto nos enorgullece pertenecer hoy: igualdad de oportunidades que les ha permitido elegir y desarrollarse libremente.
Unos derechos que han peleado por ellos una generación anterior que no tuvo la suerte de disfrutarlos aunque los conquistaron.
Nos quitaron el mundial de Corea, decíamos, no tuvimos las mismas oportunidades.
Lo vemos claro, lo de la igualdad de oportunidades, cuando el árbitro pita mal, no saca tarjeta roja o lo hace tarde, mira para otro lado y se ahorra un penaltie.
La generación anterior que ahora entrena a estos deportistas no tuvo tantos recursos a su alcance, no tuvo las mismas oportunidades, igual que la selección de Ghana o Costa de Marfil.
Pero nos cuesta verlo en el resto de los ámbitos. 
Una mujer que quiere jugar al futbol, no tiene las mismas oportunidades de estar en un nivel de élite que tienen los hombres. Un hombre que quiere hacer natación sincronizada, tampoco las tiene.
Un niño nace en Haití, que hace triste aniversario, otro en EEUU, una niña en China, otra en Granada, no tienen las mismas oportunidades de desarrollar su potencial. Y si lo logran son "ejemplos de superación", qué no habrían sido capaces de lograr si les hubieramos allanado un poquito el terreno.

Es bueno recordarlo en un día como hoy en el que una generación que sí ha tenido su oportunidad ha sabido aprovecharla, y pensar al hacerlo en todos los que injustamente se ven privados de llegar siquiera a intentar soñar con una oportunidad igual de alcanzar su pleno desarrollo en cualquier ámbito que se propongan.
Es nuestra obligación exigir que todos, cuando saltemos al terreno de juego que es la vida, lo hagamos en igualdad de condiciones, y para eso necesitamos también un reglamento que contemple las medidas sociales necesarias para que así sea y un buen árbitro que se encargue de vigilar que se implanten adecuadamente.

Entretanto, a disfrutar de lo que toca hoy, y hoy toca eso de

"¡Campeones, campeones, oeoeoeeeeeee!"

sábado, 3 de julio de 2010

Noticias gatunas.

Los gatos invaden mi vida.

Invaden el cartel luminoso de mi oficina. Como ya conté una gata tuvo allí sus gatitos. Los gatitos crecieron y empezaron a salir a ver mundo, junto a su madre.Dos fueron adoptados por familias del pueblo. Otro se quedó con mamá gata. Un día encontramos lo que parecía ser mamá gata atropellada, y del gatito no tuvimos más noticias. Sin embargo, para la tranquilidad de todos los que os habéis interesado por está triste historia tengo buenas noticias: ¡mamá gata vive! Esta semana fue vista junto al gatito, comiendo restos de pescado tan felices.

Invaden mi dormitorio por las noches. Sin ningún tipo de pudor ni discreción. La otra noche mientras me lavaba los dientes en el cuarto de baño de mi dormitorio vi pasar de refilón lo que parecía el rabo de mi perra Azuky mucho más estilizado de lo normal... y tanto, porque al darme la vuelta para fijarme había un minino color canela que se aceraba mimoso ronroneando. Al segundo siguiente, antes de que yo pudiera tocarlo, Azuky, como buena perra guardiana, llegó en carrera y el gato desapareció por el balcón tan rápido como parecía haberse materializado.

Así que ya veis, ¡dejad que los gatos se acerquen a mí! (¡mientras no me arañen... jeje!)