miércoles, 29 de octubre de 2008

El sabor de la crisis.

Se que casi todos lo esperábais, una entrada sobre la crisis.
Y la verdad es que llevaba un tiempo dándole vueltas, cuando encontré en el Ideal (increible pero cierto) la reproducción de un artículo publicado en un blog del que os dejo el vínculo.

http://pateando-el-mundo.blogspot.com/2008/10/crisis-vs-pobreza.html

Leerlo hizo volver a mi boca el sabor amargo de los primeros años de carrera que fue cuando la sospecha se convirtió en certeza: el egoismo humano no conoce límites, y yo no soy una excepción. Poco a poco aprendes a vivir con esa sensación de que algo pegajoso sigue enganchado a tu zapato, hasta que consigues licenciarte, y entonces descubres que tu conciencia se ha quedado ronca de tanto intentar hacerse oir.

Aún así sigo creyendo en lo imposible, en una utopía que no lo es, e intentado día a día mejorar un poco más todo lo que queda a mi alcance. Si no seguimos intentándolo nunca lo lograremos.

domingo, 26 de octubre de 2008

El jersey de Pablo.

Pablo nació el día 11 de octubre de 2008:



Yo le regalé un jersey hecho por mí el día 23 de octubre de 2008:




Tras siete meses de ardua elaboración mi criatura vió la luz. Un pequeño jersey contrahecho, con una manga más larga que otra, muchos puntos imperfectos e incontables horas de esfuerzo y frustación. Pero por fin ahí estaba.
El él reside la satisfacción personal de un logro alcanzado, importante para mí por pequeño que sea, ya que cada punto que lo compone fue hecho pensando en el bebé al que iba destinado.Fue creciendo entre mis dedos a la par que él lo hacía en su útero materno, por lo que está repleto de amor y cariño.
Olvidamos a menudo que el valor de las cosas va mucho más allá del valor de mercado que les atribuimos. Parodiando con toda el sarcasmo posible un conocido anuncio de tarjetas de crédito, ya que para mí esto es justo todo lo contrario, podríamos decir:

"Lana: 1,50 € Botones: 1 € Hacer un jersey de bebé por primera vez para mi sobrino y lograr que salga algo aceptable: no tiene precio"

Lograr la felicidad no implica gastar grandes sumas de dinero como se empeñan en hacernos creer.

Gracias, Laura. Sin tí nunca lo habría conseguido (¡y mucho menos el 23 de octubre!).


sábado, 18 de octubre de 2008

Bolsas biodegradables: una elección.

Volver a hablar de la cantidad de bolsas y embalajes que a diario cada uno de nosotros desperdiciamos y del daño que causan al medio ambiente sería aburrido y cansado, por lo que me salto esta parte.
Ayer encontré la manera de frenar un poco ese gasto a nivel personal: bolsas biodegradables hechas de fécula de patata y por tanto no contaminantes.En el Alcampo puedes comprarlas por 35 céntimos, y cuando se estropean te las cambian gratuitamente.








Otra opción son las tradicionales de plástico trenzado, mucho más resistentes, que a mí me recuerdan a las que utilizaban nuestras abuelas para ir a comprar. Son contaminantes pero al menos tienen una vida mucho más larga y pueden llenarse más que las biodegradables. (En Alcampo 70 céntimos, estas no te las cambian).




Ya no volveré de la compra (frutería, hipermercado, todo a cien...) cargada de pequeñas bolsas de usar y tirar que se acumulan en mi casa esperando una segunda oportunidad de uso que en ocasiones nunca llega y que hace que, ante la falta de espacio para almacenar, su aventura termine en el contenedor amarillo tras haber sido utilizadas una única vez.

A la inversa (yo me quedo)


Muchos blogs comienzan con un viaje o un cambio importante, con la intención de ir contando a los que se quedan lo que va ocurriéndoles.
Este nace justo por todo lo contrario: porque yo me quedo. Ahora que muchos ya estais lejos y otros os vais dejaré aquí plasmado lo que ocurre en el País de Nunca Jamás (Marte): el lugar donde yo vivo.