Que la tele está hecha una mierda no es nada nuevo.
Ni que los programas, sea cual sea su estilo (aventura, cotilleo, terapias diversas de grupo, amorosos...), buscan morbo, situaciones extremas y espectáculo.
El problema se agrava cuando sin realmente pretenderlo ni pararse a pensarlo trasmiten cierto tipo de valores que afectan a uno de los sectores más indefenso de nuestra sociedad: los niños.
Es el caso de "Supernanny", programa que alguna vez ví por casualidad y cierta curiosidad, y me sentí bastante violenta ante los métodos que utilizaba.
Hoy he encontrado un artículo que decía:
"Parece increíble, pues, que en "Supernanny" se ignore tan ampliamente que la sana obediencia de los críos sólo es posible desde la gratitud que experimentan cuando verdaderamente se les ama. Un niño sano no es dócil, ordenado, amable, etc. porque haya aprendido a base de miedo consciente o inconsciente al poder y el castigo de los adultos, o porque aspire -como un perro o una rata de laboratorio- a una recompensa, sino porque se siente feliz y agradecido y, en consecuencia, acepta, respeta y colabora con la autoridad natural de los padres."
Yo he podido comprobar ésto fácilmente con mi sobrino, de tres años. Nunca jamás he tenido problema en que se portara bien o respetara las normas en mi casa o cuando hacemos juntos cualquier cosa. Él sabe que lo quiero y lo respeto, porque de esa manera lo trato, le explico lo que quiero y se lo hago entender, de forma que siempre colabora y acepta las situaciones porque me corresponde desde ese cariño de una forma totalmente lógica y natural para él.
Os dejo el artículo completo, escrito por un psicógolo, aquí.
No puedo evitar pensar que los niños que eduquemos hoy serán los adultos del mañana, ¿qué queremos econtrarnos en el futuro?
3 comentarios:
Sí, pero hay niños y hay niños. Es decir, no siempre a base de cariño y comprensión se puede educar a un niño. Los hay muy rebeldes que requieren otras cosas y eso no quiere decir que se les maltrate. Buen blog por cierto, visita elmío y espero que te guste.
Coincido con el artículo en la necesidad de dar amor al niño y sobre todo en que no valen las soluciones ultrarrápidas que te caben en un programa. Lidiar con un niño problemático puede llevar toda una vida.
Y es que como dice In, hay niños y niños. Y no todo se resuelve con amor y respeto, hay que inculcarle valores, y para ello no siempre vale el mero ejemplo.
Yo creo que la clave está en infundir la responsabilidad. Hacer comprender al niño por qué se espera una conducta de él, para que actúe con ese objetivo y no por miedo al castigo.
Lamentablemente, hay muchos padres que entienden el amor al niño como darle todo lo que pide, o pasarle por alto cualquier falta, no regañarle o castigarle nunca y eso no es bueno tampoco.
Gracias, In e Inconexo por vuestros comentarios.
Los niños no nacen "rebeldes": se hacen.Es decir, un niño cuando nace lo único que quiere y demanda es atención y protección. Según nos comportemos con él así será de más mayor.Detrás de un niño de los que se llaman "rebeldes" o "problemáticos" lo que hay son carencias en el tramo de edad de los cero a los seis años, principalmente.
Esto hay que ir adaptándolo a la edad.
In , me pasaré a visitarte, ¡gracias!
Inconexo, difiero, TODO se resuelve con amor y respeto cuando hablamos de eduación y niños, precisamente lo que más falta hacia los niños en esta sociedad hoy día. Pero estoy de acuerdo contigo en que las normas y límites son necesarias, desde el principio.Una cosa no está reñida con la otra,como han pretendido hacernos creer.
Un niño debe actuar porque comprende, debemos ser conscientes de dónde está y exigirle acorde a su edad, y nunca jamás con el miedo a nada (sea castigo físico o moral), el miedo no educa, no hace personas libres.La motivación, sí.
Pero este es un camino largo, y dificil.
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