viernes, 29 de mayo de 2009

Portes y modales.

Ya lo decía mi abuelo materno, que era en esto un entendido a pesar de lo que , a primera vista, pudiera parecer porque le encantaba decir tacos , entre los más recurrentes las ya míticas "poyas en vinagre" y el tan socorrido y tradicional "coño".Pues eso, que ya lo decía mi abuelo materno: "buenos portes y modales abren puertas principales".

El martes pasado fue uno de esos días en el trabajo en el que la mayoría de mis clientes parecieron olvidar por completo el rico refranero español y no se molestaron no ya en mostar un mínimo de cortesía y respeto bien entendidos ("buenos días-podría usted (o tú, no importa)-gracias-hasta luego") que creo que debe imperar entre dos apenas conocidos separados por un mostrador, por más que se vean semanalmente desde hace tres años, si no que hicieron alarde de todo su amplio catálogo de malas maneras: voces, exigencias inadecuadas y más allá de mi labor en el trabajo por las que jamás se dan las gracias, falta de respeto en el trato ("niña, chica, tú..."), nada de respuestas al "buenos días" con el que saludo a todo el que entra en la oficina y todo tipo de comentarios indirectos e indiscretos cuestionando mi capacidad para desempeñar el trabajo que ellos mismos vienen a encargarme cuando ha quedado demostrado mil veces que, si estoy ahí, es porque evidentemente puedo hacerlo, junto a varias opiniones ideológicas que sacarían los colores a muchos tertulianuchos experimentados, aunque he de decir que como siempre ocurre en estos casos hubo varias honrosas excepciones.

Pero para verlo claro habría que darle la vuelta, y entonces yo debería haber respondido de la misma manera: "viejo, tío, tú, yo no estoy aquí para ordenarte papeles, para hacerte fotocopias y mandar fax gratis,espabila y aprende ya cuantas pesetas son un euro (¿os acordais alguno?¿no? yo os lo digo de memoria, 166,386 pts), y los bancos no estamos aquí para regalarte algo todos los días a pesar de lo que puedan haberte metido en esa hueca cabeza tuya los anuncios de la tele.Y por cierto, en esta oficina, mientras yo trabaje aquí, las normas las pongo yo, (y mi departamento de auditoría) y si no te gustan te largas y punto, ¿queda clarito,tío, viejo, niñaco? Y date prisa en firmar,guardar tu dinero, tus papeles,tus cosas, que no tengo todo el día para aguantarte a tí y a tus comentarios ideológicos que ofenden profundamente mi sensibilidad social" y esto podría ser un equivalente válido.

Sin embargo , en días así, y precisamente porque te das cuenta de todos los "portes y modales" que faltan pones tu mejor sonrisa y tratas exquisitamente a todo el que se acerca a tí.
Por una, que no quede, piensas mientras te muerdes la lengua y despides amablemente al capullo que acaba de soltar su mala sangre contigo. Dicen que todo lo malo se pega, yo tengo la esperanza de que, a la larga, todo lo bueno también.

Pensaba en la media hora de coche de vuelta a casa que lo gracioso de todo esto era que, con total certeza, me habría tomado muchas mas molestias extra profesionales con todos ellos de las que ya me exigían si hubieran mostrado algo más de educación y amabilidad, y recordé el refrán con el que empezaba esta entrada y la razón que tenía.
No se si principales o secundarias, pero lo cierto es que la educación y los modales abren puertas (y las cierran cuando son malos) donde quiera que vayamos.

3 comentarios:

Odina dijo...

Me ha hecho gracia tu reflexion pues cuando yo trabajaba atendiendo al publico infinidad de veces me acordaba de este dicho del abuelo y la verdad me ha sacado de algun que otro lio yo creo que con educacion y por las buenas se consigue mas que de malas maneras

Sandra dijo...

Si que es verdad... por mi parte mantengo la educación hasta que me empiezan a tomar por tonta: ahí entonces es cuando sale mi genio López y digo las cosas en plan irónico y sarcástico, eso sí, con educación!! Y entonces te das cuenta de que a quién le estás hablando se le empiezan a agachar las orejas y recula poco a poco... en esos momentos me siento victoriosa!!

laura dijo...

Al leer tu comentario, me he acordado de algo que no tiene mucha importancia pero puede ilustrar bién lo que dices:Soco siempre me ha dicho que como pido las cosas de "esa manera", nadie se atreve a negarmelas. Se ve que la educación del abuelo nos caló hondo.Me alegro que así sea