jueves, 11 de febrero de 2010

Nieva en Brasov.

El otro día salía en las noticias que estaba nevando copiosamente en Brasov, lo que estaba generando muchos problemas al igual que en otra partes de europa.
El nombre centelleó en mi cabeza "¡Brasov! el otro día conocí a gente de Brasov, mandé dinero allí".
Rumania.
En noviembre, y hasta enero (hasta marzo este año, por las lluvias) la geografía rumana entra en mi vida, Feldru, Bistrita, Nasaud, Brasov, Bucaresti, Timisoara... de la mano de Savu Liviu, Sandina Gheorghita, Maftei Toader Pop, Leon Pop, Pavel Suci, Nastasia Suci,Ioan Mihail, Andrei Stoica, Lidia Ion, Mihail Padure, Gabriela Stefania Rezmives, Gheorghe Gheorghe, Gheorgheta Burguila, Tulica y Alexandro Iordan...
Gente sencilla, que ha dejado atrás todo lo que quiere, adentrándose en lo desconocido buscando lo que muchos españoles no logran encontrar en estos tiempos que corren y que a ellos no les falta: trabajo.
Manos curtidas en el campo desde la más temprana adolescencia, rostros acostumbrados al sol, al aire frío y cortante, (mucho más frío y más cortante allí donde dejaron su hogar) miradas tímidas con un toque nostálgico que piden permiso para casi todo, temerosas de importunar, prontas a iluminarse con una sonrisa ante una palabra amable o un gesto amigo.
Su español perfectamente chapurreado que han aprendido bajo un olivo les sirve más que de sobra para hacerse entender.
Llegan a mi cuando han alcanzado su objetivo: ahorrar para mandar dinero a casa, felices, orgullosos, un poco inquietos.Cuando reconoces su ciudad sin que tengan que escribirla (en perfecta caligrafía titubeante) o deletrearla se sorprenden positivamente y durante un instante un asomo de alegría ilumina sus rostros al tropezar sin esperarlo con lo familiar.
Traen el olor del trabajador del campo, a plantas, aire libre y sol, del que duerme cerca de él, a leña y aceite, un olor mucho mejor que el del perfume insulso y asfixiante del que se levanta cada día sin preocuparse por nada que no sea "gestionar su patrimonio".
Imposible no tratar de imaginar sus historias, quién les espera,sus añoranzas,qué les gusta hacer, algunos llevan tanto tiempo fuera de casa...
Casi siempre vienen en familia, padres, hijos, cuñados, hermanos... auténticas sagas familiares masculinas en la mayoría de los casos, en ocasiones parejas que han dejado allí a sus hijos para tratar de ofrecerles una oportunidad de elegir su futuro a la vuelta.

Ellos son solo un cara del complejo prisma que es Rumanía,un país moderno y avanzado, pero es una cara muy familiar para mi.
Son el espejo en el que miro hacia el pasado, y veo a una generación de españoles en alemania, francia, brasil... partiendo tristes y esperanzados, deseando a cada instante regresar, soñando con un futuro, que es mi presente, que les permitiese hacer vida en su país.
Hay que recordar quienes somos, y tender la mano hacia atrás.
Ya lo dijo Goethe: "El que no sabe llevar su contabilidad por espacio de 3000 años se queda como un ignorante en la oscuridad y sólo vive al día".

2 comentarios:

Jorge B. dijo...

dese cuenta de que a pesar de lo que parezca lo contrario el equivalente español para Gheorghe no es Jorge, es Gregorio.
Apunte que no viene al caso. Pero qué grande fue en su día Gheorghe Hagi

Mariaeles dijo...

Para los no iniciados como yo, una ayudita:

http://es.wikipedia.org/wiki/Gheorghe_Hagi