Previsible, como la lluvia esta semana, una entrada navideña.
El sentido estricto de la navidad no significa para mi absolutamente nada,soy atea declarada,por lo tanto la celebración del nacimiento de un supuesto mesias es algo que me resbala.
Sí creo en la necesidad de una espiritualidad colectiva, tan olvidada hoy día.
Esta sociedad de la prisa y la meritocracia que hemos fabricado y que perduramos no nos da muchas oportunidades para profundizar en ella.
La navidad tal vez sea una de esas pocas oportunidades colectivas.De acuerdo,todo lo malo seguirá exisitiendo,no va a desaparecer por arte de magia (ni por el aniversario del nacimiento del mesias), puede que sea la oportunidad para la pelea familiar que llevamos todo el año esperando,y una excusa perfecta para lanzarnos al consumo irrefrenable, entre otros muchos "males navideños".
Pero tal vez podamos darle la vuelta a la tortilla, aunque sea una vez al año:la gente se siente algo más propensa a mostra su lado bueno, y yo siempre intento quedarme con todo lo bueno, que menos da una piedra, digo yo.
La navidad puede ser esa rendija por la que se nos escapen los buenos deseos, el inicio de un camino para perpetuar algo bueno: alargar la mano hacia los que tenemos cerca, aprovechar para decir en voz alta y sin vergüenza ni tapujos que los quieres, pasar un rato agradable con gente que habitualmente no lo haces,como los compañeros de trabajo, y la familia, sí , también la familia, y los amigos... para ser un pelín generosos con toda esa parte del mundo que tiene menos suerte aunque sea comprando un boligrafo (Un juguete una ilusión y tantas otras "ofertas solidarias"), para perdonar, para pensar en positivo y tratar de ser (más) generosos.
Vale que luego casi todos volveremos, volverán, a los días, a los actos, egoistas y sin sentido, pero ¿quién se resiste a darle a la sociedad una oportunidad de pensar en los demás?
He de reconocer que cada vez me cuesta más no creerme a pies juntillas aquello de que el hombre es un lobo para el hombre, pero me resisto,hasta el lobo más fiero tiene su corazón, no dejemos que solo nos enseñe los colmillos.
Así que sí, esa parte de la navidad me gusta, yo aporto mi pequeño granito de arena no haciendo de ella una fiesta del consumo, y tratanto de poner el acento en lo espiritual, en hacer las excepciones hacia lo bueno, con el deseo y la intención de que esa excepción pueda en algún futuro cercano ser la norma.
2 comentarios:
Para mi la navidad es tiempo de compartir, de estar con los que queremos, de jugar a la loteria (la ilusión siempre está ahí), pero lo que mas me gusta de la navidad es ver la cara de los niños cuando salen a la calle y ven todas las luces, pero sobre todo me gusta verlos en la cabalgata de reyes, esa mirada tan ilusionada y temerosa me ha reconciliado con la navidad.
Totalmente de acuerdo con Anonimo.Lo verdaderamente importante son los niños .Ellos no entienden de compras,de comidas ni de compromisos .Viven con la ilusion de la magia y soñar con lo que mas desean
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